Desde el 26 de noviembre de 2015, para comprar productos fitosanitarios, los empleados tanto para resguardar a los cultivos de organismos dañinos como los utilizados para suprimir las llamadas malas yerbas, es necesario contar con un carnet de manipulador. Se trata de una ley cuyo contenido todavía continua siendo ignoto para muchas de las personas que emplean estos productos fitosanitarios. Esta circunstancia puede estar tras el hecho de que, en los últimos tiempos, las multas por la manipulación y comercialización de productos fitosanitarios se hayan cuadruplicado en la región de Pontevedra por ejemplo.
De esta manera, los agentes de la Policía Autonómica de la sede de Pontevedra interpusieron alrededor de 30 diligencias en el 2015, comparado con las apenas media docena que realizaron el año anterior. Lugo es otra zona donde se acrecentaron las multas, pasándose de 8 sanciones en el 2014 a 25 sanciones en 2015
La mayoría de las sanciones realizadas en Pontevedra – el no disponer del carnet de aplicador o bien el empleo de productos fitosanitarios sin cumplir las condiciones de empleo u otros requisitos demandados sin poner en riesgo la salud humana – están clasificadas como leves y acarrean una multa de entre 300 y 3.000 euros. En el caso de que la infracción sea considerada grave – caso de la venta sin titulación o bien la comercialización en envases que presenten fugas -, la sanción puede llegar a los 120.000 euros, y las muy graves se castigan con hasta 3 millones de euros.
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